EL ENCUENTRO
Me paro ante el espacio lleno de estrellas, abro mis manos extendidas hacia el cielo y de cada una de mis palmas sale un rayo de luz hacia el infinito. Y poco a poco mientras giro mis manos en esa posición, cambia el color de estos haces de luz. El verde se va, poco a poco convirtiendo en un intenso celeste y el rojo en un profundo violeta. Parece que estuviera soñando, pero sé que no es así. Siento absolutamente todo el peso de mi cuerpo, siento los olores que me rodean, siento la temperatura ambiental..... ¡lo capto todo!. No estoy soñando.
De pronto desde lo más profundo del espacio sideral, hacia mí se mueve una masa luminosa aforme, con una rapidez asombrosa. Se para justamente delante de mí. Sus proporciones son absolutamente inmedibles, como si no tuviera contornos a los que afirmarse. Así, tal como llegó a mi, comienza a cambiar de forma y se vuelve una silueta humana muy luminosa. Logró ver cómo levanta su mano derecha y suavemente hace un gesto con su mano y mi haz de luz de la mano derecha desaparece. Hace lo mismo con su mano izquierda y mi haz de la mano izquierda desaparece también. Me encuentro absolutamente hipnotizado. No logró mover absolutamente nada. Pero soy absolutamente consciente de lo que me sucede. ¡ Mi mente funciona a millón de velocidad!
Moviéndose hacia mí como flotando suavemente sin ruido, se acerca hasta quedar a menos de 1 m de distancia. Sólo así logró visualizar algo de detalles en su fisonomía. Su pelo es largo y alizado, cayéndole hasta los hombros. Es absolutamente blanco al igual que su barba larga y blanca. Sus ojos son intensamente verdes esmeralda. Su mirada suave pero incisiva. Así quedamos unos minutos frente a frente, de pronto sobre su cabeza se abre como un espacio, de donde sale un material transparente y formando un círculo nos rodea completamente.
En mi surgió la sensación de absoluto cobijo. Me siento absolutamente subyugado. No siento un ápice de temor. El levantó sus manos a la altura de los hombros con sus palmas hacia arriba y este círculo comienza a moverse. En un segundo nos movemos a una velocidad tan asombrosa que todo pasa como azes luminosos sin alcanzar yo a distinguir nada. No creo que haya pasado de siquiera un minuto y el círculo se detuvo, en una especie de valle en el cual predominaba el color violeta claro. ¡Era bellísimo!. El círculo se abrió y sentí una voz en mi mente que me decía: "He aquí toda la sabiduría, todos los conocimientos acumulados durante siglos por la humanidad".
Yo me encontraba anonadado, no sé si porque era simplemente increíble creer que esto estaba sucedíendo en la mera realidad o estaba soñando. Al fin pude soltar algunos sonidos con mis cuerdas vocales, por lo menos eso fue lo que me parecío en un principio, pero al razonar mejor, me di cuenta de que estaba hablando sin producir ni un solo sonido. Ni siquiera movía los labios. Le pregunté si esto era lo que llamábamos en la tierra las almas. Me contestó que sí, que éste era el sentido de su existencia, cuidar de trillones y trillones de almas que se encontraban descansando en este hermoso valle. Le pregunté si era verdad aquello de que estas almas se rencarnaban en nuevos cuerpos. Me contestó que sí, que así era. Y me entraron unas tremendas ganas de llorar.... al fin había encontrado el sentido de la vida...y lo había encontrado.... a él.