HIPOCRESIA

Que lindo es ser tal como uno es.
No andar escondiendo lo que eres. Es placentero, armónico y no inquieta para nada.

Desde la mañana hasta la hora en que te acuestas a dormir te sientes relajado enfrentando lo que viene tal y como eres.
No necesitas andar tensado constantemente pensando en como me veo o a que me parezco.
Ni siquieras necesitas pensar mucho en que contestar, como expresarte. Todo sale fluido, fácil, sin tensiones.

Realmente no hay nada mas placentero que NO ser hipócrita. Te expresas con tranquilidad y respeto, y a pesar de que puedan haber muchísimas personas que no estan de acuerdo con lo que dices, se nota que lo que dices, lo dices desde el alma, con sinceridad y seguridad, y eso impone admiración, respeto y hasta en ciertas personas envidia. En este último caso siempre digo.....ese ya es un problema de cada uno de ellos....no mio.

Para mi es importantísimo el ego. Me refiero al ego como quintaesencia de la personalidad. Osea, para mi personas sin egos son potenciales esclavos. La iglesia católica viene por muchos siglos tratando de arrancar de raíz el ego de las personas, porque saben muy bien que personas sin ego son mucho más manipulables. Que viva el ego !!. Vivan las personas que se hacen respetar y saben respetar !!.

Deseo hacer hincapié, que desde mi punto de vista, lo importante es no andar demostrando el ego en todas partes, vociferando que fuerte y que sano soy...no. Si tu posees un ego fuerte y seguro, no intentes menospreciar a otros que lamentablemente todavía no lo han encontrado. En todo esto es fundamental lo que ya llevo diciendo hace mucho tiempo EL AUTOCONTROL. Este es un mecanismo que por lo general...lo saben usar las personas inteligentes. Pero ojo!!, esto no quiere decir que el que todavía no ha aprendido la mecánica del autocontrol no pueda aprenderlo en un futuro cercano. Como todo en esta vida, todo depende de cada uno de nosotros.

Cada uno de nosotros posee su propia y personal frecuencia de vida como la llamo yo. No creo que debemos intentar copiar o transplantar hacia nosotros las experiencias ajenas, solo tomémoslas en cuenta y sigamos construyendo nuestro propio camino, nuestro propio destino.