Esta es otra de las visiones existentes en este planeta, de lo que es la vida. El Prof. Jorge Raúl Olguín es una eminencia en las ciencias metafisicas. A los que les interese, pueden hacer clik aqui : http://www.geocities.com/olguin_jorge/index2.htmEn todo caso se los aconsejo. Es importante para abrir nuestra vision y poseer mas elementos de juicio propios.VIBRACIONES ESPIRITUALES
Por el Prof. Jorge Raúl Olguín.
Por revelación, se sabe que hay seis planos de vibraciones espirituales positivas (del 1 al 6) y dos planos de vibraciones más densas que nuestro universo físico (-1 y -2).
Como los planos se representan como esferas en forma concéntrica, al plano -2 se lo denomina la Octava Esfera.
El detalle de qué entidades habitan en cada plano es un tema poco conocido, pero muy interesante.
El universo observable es el universo del plano 1. Se sabe por revelación que hay 22 universos paralelos en este plano físico, donde la misma persona puede estar viviendo una vida distinta en cada universo o, incluso, puede no existir en alguno de esos mundos.
En un universo, una persona puede estar casada y en otro puede haber permanecido soltera. En un mundo puede haber llevado una vida exitosa y arrastrar fracasos continuos en otro mundo paralelo. Hay infinitas opciones...
Con los conocimientos actuales, es imposible pasar de un universo a otro. Sin embargo, en diversos estudios de física cuántica, se ha experimentado con partículas elementales y éstas, en un momento dado, desaparecían.
No se transformaban en una forma más sutil de energía. Literalmente desaparecían del campo de observación. ¿Dónde iban esas partículas? Éste es un tema aún no resuelto por los hombres de ciencia, aunque muchos apoyan la teoría de las múltiples dimensiones, que difiere muy poco de la teoría de los universos paralelos.
Volviendo al tema de las vibraciones, sabemos que el nuestro es un universo físico.
Las vibraciones suprafísicas conforman otros planos mucho más sutiles. ¿Quiénes los habitan?
Lo importante es familiarizarnos con algunos términos. Uno de ellos es la palabra thetán.
Científicamente se sabe que el hombre se compone de tres partes:1) thetán (alma o espíritu); 2) mente (decodificador de los conceptos del espíritu) y 3) cuerpo.
De las tres, obviamente, el thetán es la entidad superior, ya que sin alma el cuerpo no tendría animación ni mente, mientras que sin un cuerpo o una mente, el alma continúa teniendo animación y vida en su plano correspondiente.
El término thetán fue acuñado por L. Ronald Hubbard para referirse al alma o espíritu, y resulta más apropiado utilizarlo para erradicar la concepción errónea de que el hombre “tiene” un alma: el hombre “es” esa alma.
La palabra thetán proviene de la letra griega theta que, en electroencefalografía, indica un ritmo cerebral más lento y predomina en el nivel de la percepción extrasensorial.
En el plano físico, sólo un 10 % de nuestro thetán [2] anima nuestro cuerpo y nuestra mente. El otro 90 % se encuentra en un plano de vibración superior, el que nosotros llamamos el mundo espiritual.
Cuando desencarnamos seguimos existiendo como espíritu, ya que éste es inmortal.
Mediante la telepatía (propia o utilizando un médium) es posible comunicarse con cualquier thetán, encarnado o desencarnado.
A través de diversas revelaciones ha sido posible saber que los espíritus habitan distintos planos en el universo suprafísico, según la categoría de Luz que posea dicho espíritu.
Los Espíritus del Error, que son aquellos que han desencarnado con determinado karma, pueden habitar en los planos 2 y 3. Aquellos espíritus que han alcanzado un grado de Maestría, se encuentran en el plano 4. En la vibración siguiente, el plano 5, moran los espíritus que alcanzaron la máxima Luz.
El plano 6 está habitado por los ángeles, que no sólo están en una frecuencia vibratoria mucho más alta que la del mundo físico que percibimos, sino que incluso vibran en una sintonía más fina que la del mundo de los espíritus.
En el plano 7 moran las Energías Crística y Búddhica, formadas por la Luz y el Amor del Absoluto, aparte de otras energías de Luz que han iluminado a distintos Avatares a lo largo de la historia de nuestra humanidad.
El plano 8 está habitado por los elohim o dioses menores, que fueron los encargados de crear a los distintos seres angélicos, a los elementales de la naturaleza y a los espíritus que moran en los diversos planos de vibración.
Cada eloah o dios menor tuvo una misión determinada en el planeta Tierra. Uno de los más conocidos fue Jehová que, para poder comunicarse telepáticamente con los hombres tuvo que descender parte de su esencia del plano 8 al plano 4.
En realidad, parte de sí mismo vibró más lentamente, descendiendo automáticamente a la 4ª vibración, mientras el resto de su esencia se mantuvo en su plano original.
Así pudo contactarse con Moisés. De otra manera su vibración hubiese sido tan alta que nunca se habrían captado sus mensajes.
El antiguo pueblo judío llegó a confundir a Jehová con el Absoluto, hasta que Ieshu ben Iosef, más conocido como Jesús, nos describió al verdadero Padre, diciéndonos que Él es todo amor, toda comprensión y que no castiga, porque el avance hacia la Luz o el retroceso hasta la Oscuridad, tiene un mecanismo mucho más simple y más sutil.
Si un espíritu de Luz es invadido por el ego, estando en el plano 5 de vibración, nadie lo expulsa de ese plano a una vibración más baja. Ante cualquier atisbo de ego, ese espíritu empalidece y la misma Luz del plano que habita “se le hace incompatible” y, en forma automática, desciende de nivel.
En los niveles 2 y 3, los espíritus no sufren las necesidades físicas del nivel 1, pero sí atraviesan otro tipo de necesidades generadas por su ego. Por ejemplo, necesidad de notoriedad, que les trae aparejadas fuertes ansias de poder.
Así, buscan someter al espíritu más débil. Se cargan de su energía, ignorando que el Absoluto tiene su Luz disponible para todas sus criaturas.
A su vez, se rebelan contra las entidades que tratan de someterlos a ellos. Arman grandes legiones y protagonizan luchas tremendas en esos planos de vibración.
Al encarnar en el plano 1, muchos de esos espíritus siguen la rebeldía en el universo físico y, en vez de evolucionar, retrasan más y más su camino hacia la Luz.
Al desencarnar, la deuda kármica que generaron es mayor que la que habían traído. Y en muchos casos su caudal negativo es tanto que esos espíritus descienden al plano -1, llamado el plano de la Soledad.
En esa vibración negativa, el aprendizaje es tremendo. Están rodeados de la más absoluta soledad. Aparte, la luz, que invade a todos los planos de vibración positiva, no existe en ese nivel.
No importa la cantidad de espíritus que moren en el plano -1: no se pueden comunicar entre ellos.
Cada entidad tiene el libre albedrío para desplazarse en cualquier dirección. Sucede que no llega a ningún destino. El vacío en ese nivel es tan notorio que el espacio del plano 1 agobiaría en densidad.
Así como no hay luz, tampoco hay sonidos, El silencio se hace palpable. No hay encierro, pero una libertad sin comunicación visual, auditiva o telepática se hace insoportable.
Cabe aclarar, por otra parte, que las comunicaciones visuales o auditivas no son iguales que en el plano físico.
En ese nivel, como en los otros niveles, la única manera de subir de vibración es a través de un cambio de actitud e identificarse con una verdadera vocación de servicio, sin alimentar el ego con rencores.
Hay otra vibración más baja: el plano -2, conocida como la Octava Esfera, teniendo en cuenta que los distintos universos suprafísicos son como esferas envolventes y son 8 los planos espirituales: desde el plano -2 al plano 6.
La Octava Esfera es habitada por entidades espirituales que alcanzaron el límite de la crueldad.
Según una rama de la doctrina teosófica, los espíritus que son confinados por su gran crueldad en esa zona misteriosa llamada la Octava Esfera, pueden ser separados del origen de su ser, para ser allí desintegrados y sus partículas diseminadas en el vacío absoluto. Sería el fin del Mago Negro.
Por revelación, se sabe que no es así. El Absoluto nunca condena eternamente, pues dentro de Su Esencia se encuentra la Divina Misericordia [3] y todas las entidades espirituales siempre tienen una nueva oportunidad de recomenzar el camino evolutivo hacia la Luz. Y se evoluciona con enseñanza, no con castigo. No existe el fuego eterno.
En el plano -2 el dolor se siente magnificado, pues cada entidad que habita allí puede palpar el sufrimiento de todos los espíritus del error y lo vive como propio.
No se puede describir con palabras esa sensación tan agobiante. El espíritu aprende a compartir el dolor. Se da cuenta de que hay muchos que sufren tanto o más que él. Y al final deja de pensar en su dolor para tratar de calmar el dolor ajeno. Con esa actitud, automáticamente eleva su vibración y asciende de nivel.
Otras informaciones equivocadas decían que la Octava Esfera destruía por completo la esencia del mal. No la destruye, la transmuta..., pero la transmuta porque el espíritu aprende su lección.
La mayoría de los Espíritus del Error habitan en los planos 2 y 3. Su aprendizaje en esos planos es lento y por eso vuelven a encarnar. De esa manera tienen la oportunidad de evolucionar de una forma más rápida.
Claro que el riesgo es grande, pues ningún espíritu encarnado recuerda sus vidas anteriores, como tampoco tiene memoria de sus vivencias en los planos suprafísicos. Y en lugar de evolucionar puede seguir cometiendo errores, generando un karma mayor que el que trajo al plano físico.
En el plano 4 moran los espíritus que lograron ascender al grado de Maestría, eliminando el ego por completo y asumiendo su vocación de servidores. Son entidades que dedican todo su tiempo a servir a sus semejantes, pues carecen de necesidades propias.
También buscan orientar a aquellos espíritus que han perdido el rumbo hacia la meta evolutiva.
El plano 5 está habitado por Espíritus de Luz. Son entidades de una vibración tan elevada que “su brillo” se destaca del de otras almas de menor nivel.
Su misión no solo es Servir, sino también guiar a sus semejantes.
Por encima de los Espíritus de Luz está el mundo angélico. Es el plano 6 del universo suprafísico y los seres que viven en él son los tan conocidos ángeles.
Hay planos superiores, cuya vibración es infinitamente más sutil: el plano 7, que es donde moran las Energías Crística y Búddhica, y el plano 8, donde habitan los elohim o dioses menores.
Hay incluso planos más elevados, que se acercan al Absoluto, el Dios creador de todos los planos y todos los universos.
En rigor, la palabra thetán es más apropiada utilizarla para denominar al espíritu cuando se encuentra encarnado, tanto al 10 % que anima el cuerpo físico como al 90 % restante que queda en su plano vibratorio de origen, y llamarlo directamente "espíritu" cuando no está encarnado, es decir, cuando está íntegro en su 100 %.
La Misericordia Divina es la virtud del Absoluto de permitir la evolución del espíritu. No confundir con el perdón, pues Dios no necesita perdonar porque no castiga.